Raros, no digo diferentes, digo raros.~

Raros, no digo diferentes, digo raros. Raro como ese último beso con sabor a despedida, con aires de 'Hasta cuando sea', una semana, tal vez dos, quién sabe. Tanto en tan poco, quién me iba a decir esto, acumulación de sentimientos a velocidad de vértigo con una puta despedida que no parecía que iba a joder tanto, repito, quién me lo iba a decir a mí. Raro como aquella mañana en la orilla del río sin tan si quiera saber qué decir, qué hacer. Raro como todo esto, pero genial. Tan solo es un punto y a parte.

Tan sencillo, como eso.~

Descubrí muchas cosas aquel verano, y no solo una pulsera o una fotografía que creí perdidas. Descubrí que el paraíso puede encontrarse en el tacto de una piel suave, o en una bonita sonrisa, que las caricias son más fuertes que los golpes, que los besos pueden hacerte volar.
Descubrí que había sentimientos,  que se puede reír y llorar al mismo tiempo.

La vida se me puso en rojo, como lo semáforos.~

Como un atardecer sin sol o un puerto sin barcos, no tenerte no tienen ningún sentido, así como tenerte me los ocupa todos. Busco un tren de solo ida, para no montarme, quizá por miedo a que no seas tú quien me espere en la estación, quizás por miedo a que no me espere nadie.
Perdona por intentar parar el tiempo, equivocarme de botón y hacer que fuera más deprisa, pero ya sabes lo que dice la canción, 'para que fiarse del reloj si cada vez que lo miras marca una cosa distinta, así eres tú, diferente cada vez que pestañeo'. Me enamoré viéndote al otro lado de la calle. Cuando quedamos y yo llegué mucho antes, con miedo a que tú no aparecieras.

Esas ganas.~

Que ganas tengo de poder besarte, de ponerme nerviosa cuando queden pocas horas para volver a verte, para descubrir tu lado más cariñoso y para mostrarte yo el mío, para poder estar cerca de ti, a milímetros de tus labios, tengo ganas de que me des un abrazo y luego quedarme con tu olor y acordarme de ti, de que cualquier cosa me recuerde a ti y poder sonreír, de que me des la mano, de caminar contigo, de que me agarres fuerte y no me quieras soltar, tengo ganas también de poder pensar que tú me quieres tanto como yo a ti, tengo ganas de no tener que vivir de sueños, de soñar contigo y poder decírtelo, de que me digas ya de una vez que me quieres, de poder llamarte cariño, de quedarme mirándote como una tonta sin miedo a que me pillen, de sentirme tuya y de nadie más, de que me prometas cosas, de poder tener razones para sonreír en un día malo y que esas razones sean los buenos momentos contigo.